Tres del 27
Hay en Madrid actualmente dos exposiciones sobre García Lorca (que se ha llevado por delante al 98), una más oficial, más presidencial, inaugurada por Aznar, y la otra, aunque también patrocinada, más informativa, libre, verídica, biográfica y dramática. El presidente Aznar, en sus palabras de inauguración de lo del Reina Sofía, trató de presentar la poesía como belleza al margen de la crónica, del tiempo y del mal. Pero la poesía lírica no es eso, sino que, en sus mejores momentos, incurre gloriosamente en todos los pecados de los hombres y mayormente en el crimen. Ian Gibson ha publicado recientemente en El País un enérgico y justiciero artículo denunciando las deficiencias históricas del funeral literario del Reina Sofía, deficiencias que nunca son inocentes. La otra muestra es de la Comunidad e incluye un vídeo y una información de tres grandes del 27, Lorca, Aleixandre, Dámaso. La parte reservada a Lorca es la más amplia y está muy bien realizada, pese a que ya apenas queda material virgen con el que trabajar en estas cosas. En este vídeo anotamos los nombres de Calabuig, Fanny Rubio, Carlos Bousoño y Miguel García-Posada. Este último nos parece que ha dejado ahí sutilmente la inspiración y la información para un entendimiento poético de estas biografías gráficas. Las tres resultan claras, fieles a la idea y el compromiso del poeta, llenas de humanidad, de verdad inmediata y de verdad profunda. La culminación de Lorca se nos da con dramatismo, pero sin crispación. Digamos que aquí hay dramatismo sin dramaturgia: verdad. Lo de Dámaso Alonso trasmina la fuerte y ancha humanidad del maestro, su energía, su ironía, su gracia, la fascinación de la imagen viva y la irisación conversacional del profesor, que no sólo lo era de la literatura, pero asimismo de la existencia. Por escasez de materiales disponibles, lo más limitado es quizá lo de Vicente Aleixandre, que se enriquece e inmediatiza, empero, con la presencia casi constante de Carlos Bousoño, el hombre que más lúcidamente ha escrito sobre el maestro de Miraflores. Tres grandes, tres amigos, tres inspirados. Un madrileño y dos andaluces. En el 27 se puede ir desgranando la mazorca -mazorca de oro- por parejas: Guillén y Salinas, Lorca y Alberti, Aleixandre y Cernuda, Gerardo y Larrea, Prados y Altolaguirre, etc., pero también caben otras combinaciones, como es la que fragua intacta y fuerte en la relación Aleixandre/Alonso, o Aleixandre/Lorca, santísima trinidad que nuestro vídeo armoniza con gusto, gracia, sobriedad culta y minucia conmovedora, siempre sobre el fondo imperativo de la guerra civil. Asimismo, estos poetas han ido parcelando su propio e individual público, de modo que Aleixandre pregnó con su poderoso surrealismo toda la Hispanoamérica de los 40/50, Lorca tuvo la gloria en vida y el rastro político después de su muerte, Salinas ha sido el Bécquer de las enamoradas durante muchos años. Y, de los novísimos para acá, el vigente es Cernuda, con una aceptación absoluta y principal que llega incluso a quien los jóvenes no pueden sospechar: Cela. Alberti conoció su gloria mayor con la guerra, pero ahí está el poeta de musicación fabulosa que aguanta por sí mismo. El trío que ahora ofrece este vídeo nos resarce de las carencias del Reina Sofía. Jamás España conoció una generación literaria tan grande y tan amplia, de gloria tan limpia, de voz tan unánime, pese a la aureola personal de cada uno, que aquí hemos pormenorizado. La Comunidad ha trabajado bien en esto, que sólo a los enfermos crónicos de 27 se nos queda corto. Estudiar el 27 por cualquier lado es hacer una carrera.