El cuerpo 12
Sobre política, periódicos y periodistas, Bertrand Russell escribió una cosa definitiva: «Los lectores suelen confundir la verdad con el cuerpo doce». Por fortuna, la prensa española no suele abusar de la letra del cuerpo 12, a pesar de lo cual los lectores se afligen cuando les anunciamos que Felipe González se va. Siguen confundiendo la verdad con el cuerpo 12. Felipe no se va, aunque él mismo haya utilizado el cuerpo doce psicológico, más que tipográfico, para hacer como que lo decía de verdad. Pero ahí están los fragmentos de su discurso, donde nos propone quedarse, ayudar en lo que sea, servir donde le manden. ¿Es que alguien cree de verdad que a Glez. le van a dejar encargado de controlar el portero automático? Nos ha tranquilizado a todos con sus variadas afirmaciones de que se queda, de modo que quienes lloran por el cuerpo 12 es que son unas lloranderas. No hay razón para alarmarse. Todo va a seguir como era y ni siquiera habrá renovación en el partido, salvo la meramente burocrática. La diferencia es que Glez. seguirá mandando desde Gobelas, pero eso ya lo venía haciendo y lleva muchos años sin ocuparse realmente de Ferraz, que para él es un tabernáculo de viejos y usados socialistas históricos. Ahora que vemos tanto fútbol, la metáfora futbolística es muy fácil: la retirada de Glez. es como cuando Ronaldo, o el que sea, tira el balón a un compañero de más atrás: eso no es un retroceso sino una manera de evitar al enemigo que viene de frente: el guerrismo, que para Felipe son todos de Tercera Regional. Y no es sólo que esté decidido a quedarse, sino que no puede irse. (Hubo un momento histórico en que Franco tampoco podía irse porque no tenía dónde: ahora no es lo mismo, pero casi). FG es un gran político que no va a dejar tirados a nueve millones de españoles que ya están haciendo cola para votarle, más otro millón virtual. Y esa larga cola nos certifica que todavía hay urna, o sea democracia. La operación/retirada es tan clara estratégicamente que sólo ha podido conmover a los comentaristas lerdos y al gentío qe lee por encima y no pasa del cuerpo 12. A los socialistas europeos ya les ha parado la tartana el señor Kohl, de modo que Felipe no tiene por qué sentirse «dinosaurio» ante los renuevos del progresismo inglés y francés. El sigue siendo la estrella roja que los ricos y los fabricantes de centroeuropa tienen para enseñar, el señuelo de égalité que exhiben para que la gente siga apuntándose. Felipe está preso de su biografía (y no me refiero ahora a la negra, aunque también), Felipe es un cuerpo 12 que no va a quedar en una nota de pie de página de los grandes textos socialistas. Aunque él no se sienta muy del PSOE, el PSOE es su realidad virtual y su túmulo funerario. En el PSOE ha hecho carrera y el PSOE ha hecho carrera con él. La verdad es que su socialcapitalismo tiene mucho que ver con el liberal/capitalismo de Aznar, que es tan joven y sólo por factores biográficos va a aguantar más que él. Como la circunferencia de Pascal, Felipe tiene el centro en todas partes, el centro está siempre donde está él. Teniendo razones claras para irse, FG ha preferido irse por razones oscuras, como siempre. Quizá los buenos políticos sean así. Cuando los periodistas hemos anunciado la retirada de Glez. quienes han iniciado el planto no son los intelectuales felipistas ni los mejores del partido. Son solamente las gentes del cuerpo doce. Los que sólo entienden las letras gordas, los eternos sufridores, o sea.