Artículos Francisco Umbral

David Gistau


¿Qué nos estás haciendo, ZP? Éste es el título del nuevo libro de David Gistau, autor que de vez en cuando recoge la calderilla de su propio troquel en EL MUNDO y nos la da en un contenedor que es un tomo unitario a pesar de todo, de modo que podemos ver en él la coherencia de un autor que juega a parecer incoherente pero que tiene muy organizado su marchamo cultural y, un poco a la americana, alinea bajo un título aperitivo una barbaridad de temas, nombres y personas. Andaba David Gistau por los mentideros de Madrid y cada día era más ambiciosa y profunda su patada a la actualidad, hasta que se decantó por el Real Madrid, contra Zapatero y a favor de la basca tercermundista. Todos le vimos llegar a este periódico al que yo le había invitado sin ninguna autoridad. Su paso siguiente le llevaba hasta Argentina, país con el que tiene no sé qué jaleo, y trayéndose siempre una nueva novia, una mujer nueva, adolescente y silenciosa. David Gistau se mueve entre macarras y golfantes ilustrados, como lo es él, alto, grande y grave, perezoso para escribir, lo cual le da un estilo y mucha información. Este libro nuevo supone una alternancia de parrafadas populosas y cantos al Real Madrid, como ya se ha dicho. El título a la americana no es sólo un referente sino también una iniciación a las revoluciones de la calle y de la noche, pues en ambas sobrevive David con lucidez y la fuerza que decía. En Gistau se reúnen o dispersan todas las cosas que pasan por ahí, desde los últimos cafés de la Glorieta de Bilbao hasta la hoguera y barbacoa de la Casa de Campo, donde se han ido cambiando meretrices por testimonios. Gistau es el Leguineche de la nueva generación y, además de escribir muy sereno y zumbón, vive la vida al costado de mujeres que admiran su estatura, su escritura y todo lo que hace o más bien lo que no hace porque parece que nunca hace nada. Y conste que no estoy fabricando un libro ni soy Martín Prieto, aunque le he pasado alguna de mis máquinas por ver si se me pega algo. Está uno, sencillamente, aprendiendo de DG a escribir mal porque ya domina el arte churrigueresco y entorchado de escribir bien. Si hubiera que resumir la nueva generación con sus revoluciones en marcha nos contentaríamos, sí, con Gistau, este varilarguero al que no le gustan los toros. A ZP es que lo tiene molturado. Un izquierdista de derechas descorcha la mochila en cuanto este periodista le mete en un artículo. Gistau se trae una nueva denuncia de esta democracia lo mismo que se trae una nueva esposa jovencita de la República Argentina, donde tiene sus viveros periodísticos y literarios. Hay actualmente, en noches de litrona y botellón, una herencia de aquel whisky que sacaba la Cheli para el personal de los 70. Ni tales fechas nos invitan a volver al pasado, porque además a nosotros se nos acabó el whisky y el líder de aquella década era Solana, aunque a lo mejor me paso de generación, pero da igual porque ninguno de los que hubo ha sabido hacer una democracia a modo y ahora va Anguita y se nos casa. Lo único Llamazares, a quien las chaquetas de la prosperidad le quedan grandes, pero la perorata le sigue sonando a Góngora y allá va con sus párrafos y todo el roperío culterano. Un puro 27 en pobre.

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