Artículos Francisco Umbral

Alcoholes


Mientras los adultos se reparten patrias, como chicos que juegan a los cromos, los adolescentes han descubierto esa patria roja y nocturna del alcohol. Uno de cada cuatro chicos jóvenes se emborracha cada cuatro días, que son los que les deja libres la vieja molienda del calendario, en la que giran los trabajos, los amores, los euros y las familias. España tiene mucha tradición de hermanos pálidos del vino. Aquí uno se hace hombre apelando a la botella como otros apelando a la nicotina áspera y literaria, y otros a la droguería de los drogadictos. No hay hombre sin su vicio, que le completa como a la beata su vocación. No eres hombre en España si no tienes un matrimonio gay con la botella, de hombre a hombre. Tras las primeras escaramuzas con la braga de la niña o de la puta, el chico descubre que está incompleto, que a su vida le falta algo, y remata la biografía con rúbrica de vino. En tiempos fue el champán, esa cerveza que ha ido a la escuela pero no nos enseña nada de la vida. En el pueblo, que era una escuela perdurable, ya fue el vino tinto de los sábados, después de haberle tirado piedras al cura párroco porque la Iglesia es la que más decepciona la vida degradando los vicios como pecados y los pecados como vicios. Ya en la capital, el susto blanco de la droga, que sirve para ganar vueltas ciclistas pero no para llenar de paisaje, aventura y bicicleta la vida a chorros de un joven sentimental.Algunos tienen la poesía, hacen versos y me los mandan, como Gracia Iglesias. Muchos descubren la poesía últimamente, pero no hay nada que hacer mientras esperamos que la poesía les descubra a ellos. O escribes algo, o faltas al respeto al Gobierno, o te haces catalán o tomas el último whisky con Carvallo, el detective exquisitamente cutre de Manuel Vázquez Montalbán. A la ministra de Educación y de la cosa, María Jesús San Segundo, le dije este verano que nuestra enseñanza es un fracaso y por eso los yogurines con whisky se amachambran en el pupitre de sexo y alcohol que les permite fantasear con su juventud violenta cuando ya pasan del cine, las meretrices, las novias de cintura para abajo y los curas progres que se encierran en un armario como antes se encerraban en una guitarra. La ministra ni caso, aunque es algo mona, sin llegar al nivel Vogue de la vice. Las mejores asignaturas de la edad son los vicios y pecados adolescentes, que en España no se practican, y no por culpa de la Iglesia, sino por la Ley Seca del tabaco y los precios del Chivas y el Ballantine`s. La asignatura de la vida es más provechosa que la asignatura del viejo y repetitivo bachillerato. Pero esto sólo lo aprendemos cuando ya hemos dado puerta al bachillerato. En la España de las patrias chicas que nos están pariendo entre Zapatero y Carod-Rovira ya sólo queda hacerse poeta o hacerse borracho. Un joven sobrio y analfabeto sólo sirve para repartir pizzas a domicilio. Pero la salida más molona es la del butano, que ahora sube de precio como subirá el prestigio sexual y urgente del violento y anaranjado butanero de la bombona entre las marujas y otras razas femeninas sin escolarizar. Con esta perspectiva, a ver quién es el que no se aprieta los chips para lanzarse ceguerón a vivir su vida.

Comparte este artículo: